5. Saludos desde El Salvador

Publicado el 26 de enero, 2011

Tanto Laura como Luis estaban satisfechos con la reunión que acababan de tener. Se despidieron con una sonrisa y un fuerte apretón de manos para luego irse cada uno por su camino.

Le resultaba difícil a Luis ocultar su sonrisa mientras se dirigía al estacionamiento. Presionó el botón en su llavero y la alarma de su Nissan Sentra 2005 gris oscuro se desactivó. Se subió al vehículo con vidrios polarizados y encendió el motor. Soltó una carcajada. Se vio a sí mismo en el retrovisor, sonrió y sacudió su cabeza. Puso la palanca en reversa y sacó el vehículo de donde estaba parqueado. Unos momentos después, ya había abandonado el centro comercial.

Por su parte, Laura esperaba en la parada de buses. Estaba feliz. Pensaba en cómo llegó este momento. Cómo pudo conocer al fin a alguien… especial como ella. Todo gracias al internet.

Desde que tiene memoria (e internet), Laura siempre había buscado información en internet sobre personas con habilidades especiales. Para su mala suerte, siempre se topó con farsantes, con fanáticos de las tiras cómicas (y sus respectivas películas) o incluso con otro tipo de personas que buscaban víctimas para su degeneración. Hasta que un día en septiembre encontró a Luis.

En un inicio, Laura lo consideraba como un farsante más. Pensaba que era mejor esperar lo peor, así no había tanta desilusión.

“Saludos desde El Salvador”

Cuatro palabras en un comentario sobre un video en internet. Un video de un tipo español que se suponía podía generar calor sólo con pensarlo. En el video mostraba un pocillo con agua, un tipo concentrándose, y luego de un momento, el agua hirviendo de la nada. El video fue demostrado ser una farsa, una lupa y unos cuantos espejos hacían el truco con la ayuda del sol.

(Saludos desde El Salvador)

Laura se abordó el  bus y le dio un billete de un dólar al motorista. Este le dio como cambio ochenta centavos, Laura buscó un asiento y se sentó, seguía pensando. El primer paso fue contactar al autor de ese comentario. Le parecía absurdo que tenía esas esperanzas si ni siquiera mencionaba algo de lo que ella buscaba… simplemente tenía un buen presentimiento. Contactó al autor del comentario. Intercambiaron varios correos electrónicos. En un inicio, ninguno de los dos quiso dar mucha información sobre sí mismos, no era seguro y ellos lo sabían. A pesar que nunca alguien creería sobre sus habilidades, era mejor mantener un perfil bajo, esto lo sabían por puro instinto, nada más que un instinto.

Llegó el día en que se iban a conocer, hoy, hace ya media hora en las mesas ubicadas en la entrada de Galerías Escalón. Un lugar abierto y público, un lugar seguro para ambos. Especialmente para él – pensaba Laura. Ella no tenía nada que perder, sabía defenderse.

Laura jamás le había confesado a alguien sobre sus habilidades más que a la gente del internet, incluyendo al autor del comentario, Luis.

(Saludos desde El Salvador)

Una sonrisa nació en la boca de Laura y su mirada se perdió a través de la ventana del bus.

Lo único que no resultó muy cómodo en la reunión con Luis fue hacer la pequeña demostración de sus habilidades. Por otro lado, a ella le pareció que para Luis fue de lo más normal… incluso lo disfrutaba quizá, de todos modos, él dijo que usaba su habilidad para ayudar a las personas, a sus pacientes.

Laura, sólo había usado su habilidad para defensa propia y tal vez una que otra broma.

Tags: Escritos, Ficción, Novela Corta

© Roberto Martínez, 2011